21D, ¿Y ahora, qué?
Publicado: 22 diciembre, 2017 Archivado en: Política | Tags: 21D, Ada Colau, albiol, arrimades, artur mas, bloque, C's, Candidatures d'unitat popular, carles riera, cataluña, Cataluña en Comú, catalunya, Cárcel, CeC, CeC-Podem, ciudadanos, constitucionalismo, CUP, Dante-Fachín, división, Doménech, ERC, Esquerra Republicana de Catalunya, Estremera, federalisme, federalismo, iceta, Independencia, Junqueras, Juntos por Cataluña, Junts x Catalunya, JxCat, levy, Llarenas, m. rajoy, Marta Rovira, mayoría silenciosa, millo, Podem, Podemos, PP, ppc, PSC, puchdemón, puigdemont, rajoy, rivera, Supremo, unió, unionismo, Xavier Doménech Deja un comentarioAyer 21 de diciembre se celebraron las elecciones más atípicas desde el regreso de la democracia a España. Convocadas por Rajoy, posiblemente de modo irregular, en base al artículo 155, con Puigdemont en Bruselas, con Junqueras, entre otros, en prisión preventiva, y celebradas en un jueves laborable. Con el 99,89% del voto escrutado y con un diputado en disputa entre PP y C’s en Tarragona, los resultados son los siguientes: C’s gana con 37 diputados (25,37%), JxC queda como segunda fuerza con 34 diputados (21,65%), ERC como tercera fuerza con 32 diputados (21,39%), PSC cuarta fuerza con 17 diputados (13,88%), CeC-Podem quinta fuerza con 8 diputados (7,45%), CUP sexta fuerza con 4 diputados (4,45%), y PP séptimo y último lugar con 3 diputados (4,24%). Veamos, a falta de análisis más concienzudos, qué ha pasado. La participación, sin recuento del voto exterior, ha sido récord: 81,94%. Dicha cifra puede considerarse una ‘participación total’.
Inés Arrimadas ha ganado sobre todo en el área metropolitana de Barcelona, antiguo cinturón rojo y capital incluidos, y en Tarragona y sus alrededores, así como en el Valle de Arán y en Lleida capital. El President Puigdemont, desde Bruselas ha ganado en la Cataluña interior, desde la província de Lleida hasta Girona, ganando en esta última capital de província. Esquerra Republicana, a pesar de Marta Rovira, ha ganado en las tierras del Ebro, en algunos municipios pequeños del área metropolitana de Barcelona y algunos otros municipios en la província de Lleida. El PSC es el único otro partido en haber ganado en algún municipio, concretamente en Canejan, un pequeño municipio del Valle de Arán de apenas 97 habitantes.
La victoria de Arrimadas puede ser efímera. El bloque independentista sigue sumando más que el bloque constitucionalista, se incluya a Cataluña en Comú-Podem o no. Junts x Catalunya y ERC suman 66 diputados, más que suficiente para formar gobierno en minoría, y con los 4 diputados de la CUP se superan en 2 la mayoría absoluta. Por el otro lado, Ciudadanos, PP y PSC llegan a los 57. Si nos olvidamos que CeC no se han querido situar en la cuestión independencia-unión, que han dicho que en CeC hay sitio para independentistas, que la prensa de la caverna ha situado a Podemos del lado de los independentistas; si olvidamos todo esto, digo, el bloque constitucionalista sigue sin sumar, pues de 57 pasaría a 65, tres por debajo de la mayoría absoluta, y cinco por debajo del bloque independentista. Sería hacer trampas sumar los ocho diputados de los de Doménech y Colau al bloque independentista, pues ellos mismos han dicho que no van a luchar por dicha idea, y la prensa independentista los ha acusado de unionistas y de ponerse del lado de los del 155 y las porras.
El bloque independentista baja en 2 diputados, pero rompe la idea de que una alta participación lo perjudica. El voto independentista ha ido creciendo desde 2012. En dichos comicios obtuvieron 1.740.818 votos, en 2015, 1.966.508, y en las elecciones de 2017 2.063.361 votos, cifra incluso superior a la del referéndum del 1O: 2.044.038. Aun así, el bloque independentista sigue sin sumar más de la mitad de los sufragios. Esta vez suman 47,49%, porcentaje ligeramente inferior a los comicios de 2015 (47,8%) o de 2012, (47,87%). Por el camino hemos descubierto que a ERC y a la ex-Convergència no les sale a cuenta ir juntos, y también que PDeCat no es muy buena marca: cuanto más se esconda, mejor.
El bloque unionista también ha crecido. Para hacer dicho cálculo he excluido a ICV, CSQEP y CeC. Ya en las anteriores elecciones escribí al respecto de la falta de posicionamiento de CSQEP (aquí). En 2012, PSC, PP y C’s sumaban 1.271.395 votos (34,96%), en 2015 sumaban 1.608.840 (39,11%), y en estas elecciones 1.889.176 (43,49%). El unionismo sube más que el independentismo, pero aun así, excluyendo a ICV-CSQEP-CeC de la ecuación, sigue estando por debajo. Si añadiéramos los votos que recibieron estas formaciones, las cifras cambian significativamente: en 2012 1.6331.100 votos (44,85%), en 2015 1.976.453 (48,05%), y en 2017 2.212.871 (50.94%). Con o sin la contribución de los comunes, con una participación de más del 80% no se puede volver a usar la mal llamada ‘mayoría silenciosa’.
¿Y ahora, qué? El tablero de juego ha cambiado, aunque no demasiado. Un gobierno no independentista es prácticamente imposible. Arrimadas no será capaz de formar gobierno, pero nos espera una legislatura en la que reivindicará haber obtenido uno de cada cuatro votos, que la Cataluña real es la que representa su partido. Un ejecutivo independentista parece de fácil formación, pues se tienen los escaños, pero me surgen varias preguntas: ¿Quién será President? ¿Habrá buena relación entre JxCat y ERC? ¿Con qué apoyos? ¿Se podrá hacer entrar en vereda a las CUP para que den apoyo a un ejecutivo que puede que no sea tan unilateralista como ellos?
El independentismo y el unionismo suben. ¿Entonces, quién baja? Los comunes y la esperanza de que un cambio de gobierno en España pueda solucionar algo en Cataluña. El difícil equilibrio que han intentado mantener Doménech y los afines a Iglesias no ha dado resultado. La formación pasa de ganar las elecciones generales en Cataluña a obtener 3 diputados menos que en la legislatura anterior. Con un 81,94% de participación ya no hay dualidad de voto generales-autonómicas.
Pese a los buenos resultados del independentismo, no me atrevo a afirmar que estos hayan ganado. La Cataluña post-21D, post-155 y post-1O, con procesos judiciales abiertos, con el Supremo queriendo incluir a Marta Rovira, Anna Gabriel y Artur Mas en las causas por sedición y rebelión es una Cataluña dividida en casi dos mitades iguales. El gobierno que salga de estos comicios, seguramente independentista, deberá hacer más para incluir aquella mitad que no es independentista. No es seguro que Puigdemont, posible presidenciable, pueda regresar sin ser detenido. Figuras importantes del anterior ejecutivo tampoco es seguro que puedan tomar posesión de sus actas de diputados. El independentismo, fuerte en las calles, está tocado en las instituciones.
La victoria de Arrimadas puede ser amarga para la derecha española. Por un lado, es la fuerza mayoritaria en Cataluña. Recordemos que Ciudadanos es un partido que nació hace 11 años, en Cataluña, y que en este poco tiempo ha pasado a ser el primer partido de la oposición en la anterior legislatura, y la primera fuerza en el parlamento tras los presentes comicios. No solo ha tenido un crecimiento meteórico en Cataluña, en las Cortes Generales ha obtenido unos resultados decentes, y tras la victoria en Cataluña, seguramente sigan creciendo en España. Pero por otro lado, Ciudadanos ha crecido a costa de PSC y de PP, crecimiento que seguramente no se consolide, y que es la victoria con el porcentaje de votos más bajo en 37 años. El artículo 155 ha sido aplicado gracias al PP, pese a que Rajoy no quería hacerlo si no era con el apoyo de PSOE y C’s. Ahora hemos visto que C’s ha capitalizado todo el voto de los partidarios del 155. El PP, con 3 diputados, ha sido relegado al grupo mixto junto a la CUP. El 21D ha sido la derrota del PP en Cataluña, y esta derrota puede resonar en el resto de España. Al PP se le culpa de la mala gestión de Cataluña, y Ciudadanos se lleva el mérito del 155. Seguramente Ciudadanos crezca en el resto de España a costa del PP en los próximos meses.
Las elecciones las ha ganado Ciudadanos, pese a que sea una victoria inútil; el independentismo ha revalidado mayoría absoluta y resultados del 1O. Tenemos un empate con dos bloques casi idénticos. Pero lo importante de estas elecciones no es quién las ha ganado mas quién las ha perdido. El 21D suma varios perdedores. Ha perdido el PP, a quien se le va a complicar lo que queda de legislatura española. Ha perdido CeC-Podem, que deberían ver que su equidistancia y ‘tercera vía’ no tiene apoyos significativos en Cataluña. La única vía sensata, según Iglesias, no es querida por los catalanes. Miedo me da saber qué pensará ahora. Y también ha perdido el 155. La intervención exprés no ha servido para nada bueno. Los partidarios de dicho artículo, en vez de aceptar la derrota, encontrarán excusas en la no-intervención del sistema educativo catalán, y en la no-intervención de los medios públicos catalanes. Con semejante cortedad de miras, no creo que el conflicto desescale.
Cataluña, 27 de octubre: ¿independencia?
Publicado: 28 octubre, 2017 Archivado en: Opinión, Política | Tags: 27 octubre, 27oct, cataluña, catalunya, Democracia, dui, españa, espanya, generalitat, Independencia, intervención, parlament, parlamento, presidente, puigdemont, rajoy, resolució, senado, senat, suspensión Deja un comentario
Bru Aguiló/Fotomovimento
Vivimos en Cataluña, y supongo que también en el resto del Estado, unas semanas de vértigo. A muchos nos vendría bien una desintoxicación informativa, pero antes de que todos apaguemos televisiones, radios, móviles y tabletas, leed estas breves líneas.
El jueves 26 de octubre por la mañana el entonces President de la Generalitat Puigdemont amagó con convocar elecciones autonómicas para ver si el Gobierno presidido por Mariano Rajoy retiraba o suspendía la aplicación del artículo 155 de la Constitución Española. Dicho movimiento por parte de Puigdemont suscitó múltiples interpretaciones: un último intento, a la desesperada, para entablar diálogo (sin las condiciones exigidas por Rajoy, claro); un intento de desescalada en el conflicto, con tal de poder recuperar algo de sensatez y moderación por ambos lados (Santi Vila y Ana Pastor mediante); miedo ante la concreción de la amenaza… Pero yo me decanto más por la siguiente, siendo consciente que puede haber más: mostrar, de un modo exprés, que el Estado no tiene intención de recular, y que iba a intervenir la Generalitat hiciera lo que hiciera Puigdemont, aludiendo así a la Teoría de la Causa Justa para justificar una declaración de independencia, admitámoslo, un poco parca en apoyos internos y externos.
Así las cosas, el viernes 27 de octubre el Senado decidía cómo aplicar el 155, y el Parlament votaba una resolución mediante la cual, parece, se declaraba la independencia. Si el jueves 26 de octubre Puigdemont había dominado la escena, haciendo quedar al Gobierno español como un gobierno contrario al autogobierno de Cataluña, el viernes Mariano Rajoy, ofreciendo un 155 más moderado de lo que todos esperábamos y realizando el Senado la votación de las medidas después de la votación en el Parlament, ha demostrado que no era tan duro y, gracias a la pronta votación en el Parlament, que no tiene problema alguno con el autogobierno de Cataluña, sino con la declaración de independencia. En todo caso, ahora todo el Govern de Puigdemont está destituído y se han convocado elecciones autonómicas para el 21 de diciembre.
Hay dos detalles que me parecen importantes. El primero es que lo que se votaba el viernes no era la independencia de Cataluña sino varias resoluciones por las cuales se activaban artículos de la Ley de Transitoriedad Jurídica, y se instaba a la Generalitat a negociar ciertos ítems con el Gobierno de España. La declaración de independencia no era parte de la propuesta de resolución, sino un preámbulo (disponible aquí). El otro detalle, hecho notar hasta la saciedad por Ferreras en el especial de Al Rojo Vivo, es la presencia de la bandera española junto a la catalana en la Generalitat de Cataluña. Si se ha declarado una república soberana e independiente lo lógico sería retirar la rojigualda de la sede del ejecutivo catalán. Por estos dos detalles me surge la siguiente duda: ¿se ha declarado la independencia de verdad, o se está usando, como creo, para poder negociar?
Veremos como se desarrollan los eventos en las próximas horas y semanas. Veremos si los partidos soberanistas se presentan a las elecciones convocadas por Rajoy (convocatoria que, por otra parte, podría ser inconstitucional). Veremos, en caso de que se presenten, qué resultado obtienen, y si no se presentan, cuál termina siendo la participación en las que seguro serán las elecciones autonómicas más polémicas de la historia española y catalana. Y, sobretodo, veremos como hacen los distintos líderes para gestionar la más que previsible decepción y enfado colectivos.
Cataluña, 1 de octubre.
Publicado: 2 octubre, 2017 Archivado en: Opinión | Tags: 1 octubre, 1oct, autodeterminació, autodeterminación, benemérita, C's, catalonia, cataluña, ciudadanos, Democracia, democracy, españa, guardia civil, Independencia, mariano rajoy, papeletas, piolín, policia nacional, PP, PSOE, referendum, represión, repressió, repression, seny i rauxa, urna, violencia policial, votos Deja un comentarioAyer fue 1 de octubre, a priori una fecha sin demasiada importancia, pero en la que había convocado un referéndum de autodeterminación en Cataluña. El referéndum fue convocado mediante la aprobación de una ley en el Parlament a principios de septiembre con mucha polémica. No comentaré demasiado lo ocurrido entonces, pero sí quiero dejar claro que la legalidad por si sola tiene poca importancia en democracia, lo importante es la legitimidad. Desde entonces, el Gobierno de Mariano Rajoy, su partido, así como el Partido Socialista Obrero Español y Ciudadanos, han negado que vaya a haber referéndum alguno, entre otros motivos por ser ilegal (sic), por dinamitar la soberanía nacional e ir en contra de la (sacrosanta) unidad de la nación española.
Pese a ser negado, el referéndum ocurrió. O al menos lo más parecido posible que las circunstancias permitieron. Moncloa llevaba desde la semana anterior presumiendo de estar impidiendo logísticamente el referéndum, ya fuera por la incautación de papeletas, o por la detención de altos cargos del ejecutivo catalán encargados de organizar el referéndum. Vendieron la incautación de diez millones de papeletas como el golpe definitivo al referéndum, siendo poco conscientes de lo fácil que es volver a imprimir varios millones. Pese a buscarlas con mucho esmero, ni la Benemérita ni la Policía Nacional pudieron encontrar las urnas, dejándonos escenas graciosísimas si no fuera por la gravedad de lo que estaban intentando. Entre tanto, hemos encontrado un nuevo mote para la Guardia Civil. Ya no solo son picoletos, ahora son también piolines.
A las detenciones, que ya empezaron a resonar en prensa internacional, mayormente criticando la acción del ejecutivo de Mariano Rajoy, hay que sumarle el ridículo de los piolines y la Policia Nacional en el intento de incautar papeletas y urnas y, no solo eso, sino también las vergonzantes cargas policiales que ocurrieron ayer en diferentes puntos del territorio. Una buenísima operación de imagen para el Gobierno español y sus Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que, por otra parte, ejercen una importantísima labor en la lucha anti-terrorista así como en misiones humanitarias por el resto del mundo. Las buenas gentes de cataluña, españoles todos, de momento, no se merecían el trato que recibieron por parte de los dos cuerpos de policía españoles. Pero más importante aún, los mismos cuerpos no merecían dicha imagen. Costó mucho que, tras la dictadura, el ejército y la Guardia Civil recuperaran una imagen respetable y democrática -siempre con excepciones- que ahora mismo han tirado por la borda, al menos de cara a catalanes y el resto del mundo. Seguro que los que jalearon a la Guardia Civil en Huelva, Córdoba y Castellón al son de ‘a por ellos’ deseaban que hicieran esto, e incluso mucho más, pero estas acciones pasarán factura.
El 1 de octubre es una fecha sin demasiada importancia, hasta ahora. El 1 de octubre entra por la puerta grande en la historia nacional de Cataluña. En esta tierra tenemos la mala costumbre de conmemorar derrotas (el 11 de septiembre, sin ir más lejos), pero el 1 de octubre no va a quedar solo como un día de una represión espeluznante. El 1 de octubre tiene un importante componente positivo para los catalanes. El 1 de octubre se constató que el Estado español no es capaz, con el mayor despliegue policial en Cataluña, de controlar el territorio. Un operativo que ha costado, según El Español, más de 31 millones de euros no ha conseguido impedir la presencia de urnas. Un operativo diseñado para atemorizar a los votantes, independentistas o no, no ha sido capaz de impedir que la gente se acercara a los colegios electorales, con dificultad, eso sí, y diposite un temible trozo de papel impreso en una temible urna de plástico.
Y si un Estado no es capaz de controlar su territorio, apreciados lectores y lectoras, ese Estado no es capaz de ejercer su soberanía. El 1 de octubre ha demostrado que para poner en jaque al Estado no hace falta ejército alguno. No hace falta ningún arma. Tan solo hace falta llevarlo hasta los límites de lo aceptable y de lo democrático. Y lo mejor de todo es que han sido ciudadanos de a pie, aquella gente común con la heroicidad de lo diario, la que ha movido la ficha que ha puesto en jaque al Estado español.
Los catalanes son conocidos por la dualidad del ‘seny i la rauxa’, la sensatez y buen juicio por una parte, y la impulsividad caprichosa. Cataluña, como toda nación que se precie, tiene características que pueden parecer contradictorias, y puede tenerlas debido a su pluralidad y su diversidad. El 1 de octubre Cataluña ha demostrado que es realmente bonita, no por la belleza de sus paisajes sino por el compromiso de sus gentes, por el saber hacer y la tranquilidad y serenidad demostrada ante injustificados e ilegítimos ataques policiales. Pero ha demostrado ser también rebelde, conservando una dosis importante de orden. Podríamos decir que ha sido ordenadamente revolucionaria. La Cataluña burguesa y de bien junto a la Cataluña más rebelde y ácrata, cogidas de la mano, aguantando estoicamente, demostrando que quién recurre a la violencia es porque en realidad no tiene mayor argumento. Hanna Arendt decía que la violencia no es símbolo de poder, sino de autoridad. Cuando uno debe imponer su autoridad es porque, en realidad, carece de todo poder.
Pero Cataluña, tanto la rebelde como la burguesa, tiene memoria. Buena memoria. Si bien el 1 de octubre entra por la puerta grande en la historia nacional como el día en que se demostró que el Estado central no es capaz de manetenr e imponer su soberanía, en todo el territorio, pero especialmente en el sur, el día se recordará como ‘los hechos del Montsià’ en el que la Guardia Civil fue pueblo por pueblo, cargando porra en mano contra el gentío que no hacía nada más que estar. Otras víctimas de la acción policial perdurarán en nuestra memoria largo tiempo, como por ejemplo la mujer a la que partieron los dedos de la mano uno a uno y agredieron sexualmente, seguramente para causar el terror en el resto de votantes.
Para terminar, me gustaría tener un especial recuerdo a toda aquella gente que a lo largo y ancho del Estado español salió a las plazas a protestar contra la actuación policial y del ejecutivo central, así como para mostrar solidaridad con Cataluña. Y no solo a los que salieron a las plazas, también aquellos que, ya sea por miedo o por pereza, mostraron el mismo apoyo en redes sociales. A todos vosotros: gracias. Por contra, a los que justificáis la acción policial de ayer, la blanqueáis o, directamente la negáis, no tendréis nada de mi. Ni siquiera mi odio. A vosotros mi total indiferencia. Si no tengo más remedio que vivir con vosotros, como así creo que será pase lo que pase en las próximas horas, haré todo lo posible por no tener nada que ver con vosotros.
Atentado en Mánchester
Publicado: 23 mayo, 2017 Archivado en: Política, Seguridad | Tags: ataque suicida, atentado manchester, califato, caliphate, Daesh, estado islamico, inglaterra, inmolación, ISIS, islam, islamic state, Manchester arena, manchester attack, manchester bombing, musulman, occidente, reino unido, terrorism, terrorist Deja un comentario Mientras escribo estas líneas, todavía no sabemos demasiado sobre el atentado ocurrido en Mánchester anoche. Lo que sí sabemos es que una persona, se sospecha que un hombre, al terminar el concierto de Ariana Grande en el Manchester Arena ha hecho explotar un artefacto explosivo casero en el vestíbulo del edificio. El atentado ha sido revindicado por Estado Islámico.
Al respecto, varias consideraciones. La primera es la prudencia que todo evento de esta índole requiere. Para más información fiable va bien seguir el perfil de twitter de la policía de Greater Manchester (aquí) o de medios fiables (The Guardian, BBC). La difusión de bulos puede hacer más daño del que uno piensa, a no ser que ya se divulguen intencionadamente, en cuyo caso espero que lo reconsideres.
Este ataque se sale un poco de la tendencia de los últimos ataques yihadistas, que habían adquirido una metodología y un modus operandi low cost. Los ataques de Berlín, de Londres, de Niza, todos ellos, atropellos y cuchilladas, por mucho miedo que puedan dar, revelan que los perpetradores no tienen entrenamiento alguno para cometer ataques a gran escala. En este caso se sospecha que el atacante se ha inmolado usando un explosivo de fabricación casera -algo que, ciertamente, es más fácil de aprender de lo que parece-, pero igual que el atentado en el Aeropuerto de Bruselas, se ha hecho antes de cruzar las medidas de seguridad. Esta es una tendencia esperada con la creciente pérdida de territorio por parte de Estado Islámico en Siria e Irak. Algunos comentaristas destacan el hecho de que se haya atentado contra jóvenes, sobretodo adolescentes, que asistían a un concierto. Este tipo de objetivos se conocen como soft targets (objetivos blandos), en contraposición a objetivos duros, como puedan ser ministerios, bases militares o embajadas, lugares que, por su naturaleza, están fuertemente vigilados y no todo el personal es civil. Los ataques a soft targets siguen la misma lógica anterior.
(Como breve recordatorio, Estado Islámico se caracterizó en sus primeros años por tácticas de guerra enfocadas a la conquista, más que por el terrorismo, y ha usado lo que entendemos por terrorismo como respuesta a sus derrotas en Oriente Medio. También hay que recordar que Estado Islámico como organización ha planeado más bien pocos ataques, siendo su modus operandi el incentivar a que sus adeptos cometan ataques y reclamarlos a posteriori.)
Se comenta que este tipo de ataques son cometidos por ‘lobos solitarios’. En realidad, los ‘lobos solitarios’ no son tan solitarios como el nombre sugiere. Sí es cierto que es gente que actúa en solitario, pero la preparación y motivación para el ataque, generalmente, provienen gracias a otras personas. Internet hace que dicho proceso no requiera de contacto físico, y Estado Islámico se aprovecha de ello. Mediante contenido que sube a Internet, incluyendo su revista Dabiq, alienta a musulmanes en todo occidente a luchar por el Califato como puedan. Dichos ataques tienen varios objetivos. Es un modo de mantener la moral alta entre sus filas (seguimos en activo), mientras que al mismo tiempo esperan causar más odio y discriminación hacia la población musulmana en países objetivos de dichos ataques, lo que al mismo tiempo sirve para conseguir más adeptos (os odian por ser musulmanes; nosotros representamos y defendemos el Islam auténtico). Entre los adeptos no todos cometerán atentados o viajarán a Siria o Irak, pero cuanto mayor sea la red con más facilidad se cometerán futuros ataques y con más facilidad se reclutará a nuevos adeptos.
Además, conviene siempre recordar la naturaleza comunicativa de los atentados terroristas. Si nos quedamos en la simpleza argumentativa representada por ‘nos odian’, raramente avanzaremos a poder evitar que nuevos adeptos se unan a sus filas. Un ataque terrorista -incluiré aquí los tiroteos escolares en Estados Unidos- siempre tiene una motivación ideológica. El tiroteo de Columbine reclamaba poner fin a las injusticias en las escuelas hacia los ‘marginados’; el 11M, y otros similares, reclamaban poner fin a la presencia occidental en Oriente Próximo; y así un largo etcétera.
Sin más dilación termino estas líneas. Esperemos que todas las víctimas hospitalizadas se recuperen, y que a los responsables del ataque se les pueda detener y juzgar.
¿Debería prohibirse el infame bus de Hazte Oír?
Publicado: 2 marzo, 2017 Archivado en: Sin categoría | Tags: autobús tránsfobo, autobus, carmena, cifuentes, hazte oir, hazteoir, ignacio arsuaga, las niñas tienen vulva, libertad de expresión, los niños tienen pene, madrid, polémica, Religion, trans, transexual Deja un comentario
El polémico autobús y el no menos polémico presidente de la organización Ignacio Arsuaga.
En los últimos días en el centro del debate público está la última campaña de la organización Hazte Oír. Estos ultra católicos son responsables de campañas contra el matrimonio homosexual (dicen que permitir casarse a homosexuales degrada su matrimonio) y en contra del aborto, pero la actual campaña es en contra de la transexualidad infantil. Su posición es bastante sencilla de entender: si tiene pene es niño, si tiene vulva es niña. Supongo que de ahí se deriva que si tu hijo, con pene, se siente niña, hay que forzarlo a ser niño, sea cual sea la consecuencia.
A petición de Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid, el caso llegó a la fiscalía de Madrid para determinar si infringían un delito de discriminación o incitación al odio, tipificado en el art. 510 del código penal. Esto no ha hecho más que poner el foco de la atención mediática en dicha organización y su campaña, quizás dándole una visibilidad que de otro modo no hubieran tenido y, con toda seguridad, no merecen. ¿Pero deberían prohibirse éste tipo de campañas? A continuación algunos argumentos a favor y en contra.
A favor de la prohibición
Los que están a favor de la prohibición de dicho tipo de campañas lo están porque las consideran transfóbicas y, por tanto, que fomentan la discriminación y el odio de ciertos colectivos. Aducen que las frases de dicha campaña (Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Si naces hombre, eres hombre. Si naces mujer, seguirás siéndolo.) fomentan la no-aceptación de los niños transexuales, cuya vida pública ya es suficientemente dura, sufriendo a menudo acoso escolar, y por tanto, fomentando el odio y la discriminación. Dicho fomento está tipificado como delito y, por tanto, debería prohibirse dicha campaña.
Otra argumentación tiene en consideración la ofensa. En televisión han entrevistado a madres de hijos transexuales, y en la entrevista se ha comentado la ofensa que dicha campaña supone. A raíz de dicha ofensa, se justifica prohibir la campaña. No es sólo el hecho de que la campaña ofenda a un colectivo, sino que lo hace a un colectivo menor de edad y que no tiene la vida demasiado fácil.
La última argumentación, que se sale un poco de las que se han mantenido y se mantendrán en esta entrada, se la he escuchado a la alcaldesa de Madrid Manuela Carmena. Según ella, la prohibición no viene dada por el contenido de la campaña, sino por hacer publicidad de un libro, publicidad para la cual no tendrían permiso.
En contra de la prohibición
En contra de la prohibición, la primera argumentación empleada por la misma organización es que atenta contra la libertad de expresión. Dicen que les prohíben la campaña no por discriminación o fomento del odio, sino por no concordar dicha campaña con los postulados de la ideología LGTBI. Además, dicha prohibición proviene de la inquisición Gay, concepto que usan sin ruborizarse. Dicha ideología y su inquisición, aparentemente, han calado hasta en el Gobierno del PP. Dejando de lado la alucinación de la organización, lo cierto es que puede argumentarse que la campaña no fomenta el odio, sino que expresa una opinión. El mensaje puede enmarcarse en el de una opinión, no el de una incitación al odio. El mensaje no dice: tienes pene, si te sientes niña te vamos a hacer bullying hasta que te suicides.

La polémica Drag Sethlas
Además, si retomamos la argumentación de la ofensa, actuaciones como la de Drag Sethlas en el Carnaval de Las Palmas (vídeo de la actuación aquí) también debería prohibirse, no digamos ya ciertos chistes que todos conocemos, o ciertas obras de literatura. La ofensa como base para una prohibición es muy pobre, puesto que ofenderse es un derecho que uno tiene, no una obligación, y cada cual se ofende por lo que considera, si la ofensa fuera suficiente para prohibir, todo estaría prohibido.
Claro, la libertad de expresión tiene ciertos límites, y evidentemente la promoción del odio no puede enmarcarse dentro de dicha libertad, pero creo que en el caso del autobús el odio lo derivamos de conocer la organización, no de la campaña en sí. En este caso podría argumentarse -de hecho la misma Hazte Oír ya lo hace- que se censura en función del pensamiento. Y esto es bastante aterrador. Creo que toda persona razonable entenderá y aceptará la transexualidad, del mismo modo que se entiende y se acepta la homosexualidad. Del mismo modo cualquier persona razonable entenderá y aceptará el matrimonio civil homosexual, que no deja de ser un contrato, a la par que pueda entenderse que haya gente a la que no le guste. Pero mientras prevalezca la garantía de los derechos de las personas trans, qué problema hay en que haya trogloditas que opinen que tener pene te convierte en hombre. ¿No pensamos muchos, acaso, que opinar que un feto de apenas tres semanas es un niño te convierte en un descerebrado? ¿Qué debería haberse hecho con otras campañas de publicidad en autobuses, como la famosa ‘atheist bus’ o sus réplicas?
Póntelo. Pónselo. Auriculares en el metro.
Publicado: 28 febrero, 2017 Archivado en: Opinión | Tags: auriculares, civismo, música, metro, mobile, molestias, movil, smartphone Deja un comentarioSiguiendo un poco la estela de un par de artículos de la revista Time Out Barcelona sobre cosas que pasan en el metro (aquí y aquí), hoy voy a plasmar mi queja aquí. Mi queja no es nada habitual, pero ayer ocurrió algo distinto que me empuja a plasmarla por escrito.
El metro de Barcelona, como cualquier sistema de transporte público, es muy interesante. Miles de individuos se suben y se bajan a diario, pasan parte de su vida en habitáculos de metal que, sobre raíles, se deslizan por la madriguera de galerías subterráneas que es el suburbano. Es un sistema que permite que vayamos del punto A al punto B saltándonos los atascos que se forman en las calles apenas unos metros más arriba.
En todos los sitios donde coincide mucha gente al mismo tiempo hacen falta un mínimo de normas para garantizar el buen uso y disfrute por parte de todos. Así, en los cristales encontramos una pegatina que nos recuerda que los asientos grises están reservados para gente mayor, con dolencias físicas, con niños o embarazadas, aunque no todo el mundo lo respete. También nos recuerdan que viajar sin un título válido y fumar en todo el ámbito del metro está penado con multas, y que antes de entrar hay que dejar salir. Normas, que me permitirán, son de sentido común. Y la gente, normalmente, las cumple. Pero quizás, visto que no todo el mundo tiene la misma concepción de lo que es el civismo y la buena convivencia, habría que explicitar otras normas de sentido común.
En mi caso una de las faltas de convivencia que más me molesta es la gente que, sin preguntarnos al resto de pasajeros, asumen que queremos esuchar la misma música que ellos. Y no hablo de los músicos en el metro, que aunque también me molestan se están ganando la vida. Hablo de gente que lleva la música en el móvil, o como me tocó ayer a mi sufrir, con un equipo bastante más grande. Y aquí me da igual la música que sea. La molestia es la misma sea reguetón, rock, música clásica o villancicos.
Esta gente, parece ser, desconoce que hay un objeto llamado auricular que mediante cables u ondas transmite la música desde el teléfono directamente al interior de la oreja, produciendo un efecto mágico por el cual ellos esuchan la música que desean y el resto no sufrimos molestia alguna. Alguno me dirá: claro, ¿y si somos varios los que queremos escuchar la misma canción? A parte de la solución obvia de reproducirla cada uno en su teléfono mediante auriculares, existen unos aparatos que permiten connectar más de un auricular en la misma salida de audio del teléfono. ¡Qué avanzada está la tecnología!
Y lo que ayer ocurrió viene a continuación. Personalmente tiendo a evitar la confrontación, más todavía cuando creo que tengo las de perder, o que la otra persona no reaccionará proporcionalmente. Pero ayer, en vista de que no era una persona con un teléfono móvil, sino tres con un boombox, les pregunté que si podrían quitar la música. La situación era ideal, porque no había demasiada gente, pero algunos de los pasajeros llevaban auriculares puestos -un ejemplo a seguir. Y pese a que el chico al cargo de la música la quitó, esto no me ahorró la confrontación dialéctica con el que parecía el líder de los tres. Por lo visto, según él, el hecho de que él pusiera música en un boombox es equiparable al ruido que hace la gente en una manifestación. Asombrosa comparación, la verdad, porque no recuerdo que el trío-sin-auriculares estuvieran reivindicando algún derecho o bien común.
Si todavía hay alguien que duda de la falta de respeto que es llevar la música sin auriculares en el metro, imaginaos que coinciden cuatro personas, cada uno con su música, en la misma hilera de asientos. ¿Qué ocurriría? Ninguno de ellos podría escuchar bien su música, y a lo mejor a alguien se le vendría a la cabeza la invención de un objeto que le permitiera a él sólo, escuchar música, sin tener que escuchar la del resto. ¡Qué suerte que dicho invento ya exista y la mayoría lo tengamos!
De qué hablamos, cuando hablamos de nacionalismo y nación
Publicado: 6 febrero, 2017 Archivado en: Política, Sin categoría | Tags: albert rivera, C's, catalanes, ciudadanos, frente nacional, independentismo, independentistas, marine le pen, nacion, nacionalismo, trump 1 comentarioA día de hoy vivimos un resurgimiento del nacionalismo. Marine Le Pen y su Frente Nacional son el típico ejemplo de éste resurgimiento nacionalista en Europa, y el ‘America First’ del Presidente Donald J. Trump es el equivalente más allá del Atlántico. No todos los fenómenos nacionalistas de hoy en día son ultra-derechistas: los nacionalistas escoceses del SNP o los nacionalistas catalanes de la coalición JxSí están alejados de la ultra-derecha y, en cierto sentido, pueden considerarse hasta progresistas. Además, a raíz del último congreso de Ciudadanos, Albert Rivera no para de repetir que ellos, los auto-denominados liberales herederos de Cádiz , son la solución al populismo y al nacionalismo. Pero, ¿qué es el nacionalismo?
La Nación
Nacionalismo es un término derivado de ‘Nación’, por tanto, es importante entender qué es la ‘Nación’. Contrario a lo que muchos puedan creer, especialmente los nacionalistas, la nación tal como la entendemos hoy en día no tiene más de trescientos años. Seguramente menos. La nación, en palabras de Benedict Anderson, uno de los principales autores sobre nacionalismo, es una comunidad humana imaginada como inherentemente limitada y soberana. Es imaginada porque, hasta en las naciones más pequeñas, uno nunca va a conocer a todos los pertenecientes a la nación, pero sabe que existen y que les une una especie de comunión. Es limitada porque, hasta las naciones más extensas del mundo ponen a otras naciones más allá de sus límites. Y es soberana porque ninguna nación se concibe a sí misma como sumisa a cualquier otro poder, más allá, quizás, de alguna divinidad.
Según Anderson y la mayoría de autores en la materia tiene sentido hablar de nación a partir de la era moderna porque es entonces cuando empiezan a existir los Estados nacionales. Antes de la Revolución Francesa, el titular de la soberanía del Estado era el monarca y, tal como ejemplifica Carlos V (I de España), el Soberano lo era sobre distintos territorios, independientemente de su ‘nacionalidad’. Con la Revolución Francesa se instaura el principio de soberanía nacional por el cual el titular de la soberanía deja de ser el monarca, y ésta pasa a manos de la nación.
Al respecto de cómo se forma la nación, hay distintas teorías. Para Anderson la nación se origina a causa del ‘capitalismo de imprenta’. Gracias al revolucionario invento de Gutenberg se empezó a imprimir libros en lenguas vernáculas, lo cuál facilitó que una determinada comunidad empezara a homogeneizarse al respecto del idioma. Antes de la era moderna y de la invención de la imprenta de Gutenberg, en cada zona se hablaban distintos idiomas, por parecidos que pudieran ser. Un buen ejemplo es Francia, donde hasta la I República el Francés no era el idioma hablado en todo el territorio que hoy constituye Francia.
El Nacionalismo
Quizás la mejor definición de nacionalismo sea la de Ernest Gellner, por su claridad y concisión: nacionalismo es el principio político por el cual la unidad política y la nacional deben ser congruentes. Esto es, que los límites de la nación y del Estado deberían ser los mismos.
Según Gellner, debido a la necesidad de una mano de obra altamente móvil y con un entrenamiento básico (de modo que pudieran especializarse con facilidad) de la era industrial los gobiernos Estatales empiezan a crear sistemas de educación ‘nacionales’ que, entre otras cosas, enseñan un mismo idioma para facilitar la comunicación. Para Gellner ésto es el origen de la nación, y por ende, del nacionalismo.
Charles Tilly distingue dos tipos de nacionalismo: el top-down, desde el centro del Estado, cuyo objetivo es homogeneizar a la población a nivel lingüístico y cultural mediante un sistema educativo nacional y performances de enaltecimiento nacional, mediante símbolos que apelen a los mitos originarios, tal como tradiciones y banderas; y un nacionalismo ‘bottom-up’ desde la periferia, de naciones que no se quieren homogeneizar a la del Estado central y que, por tanto, mediante las mismas técnicas, busca mayor auto-gobierno y remarcar sus diferencias.
¿Cómo se traduce esto a nuestra realidad política?
Como podemos comprobar, aplicando los conocimientos teóricos a la realidad política, vemos que si bien hay un resurgimiento del nacionalismo (sobretodo contra los efectos de la globalización), éste no se limita a los movimientos ultra en Europa y Estados Unidos, o a los separatistas catalanes, escoceses, o de cualquier nación. El Nacionalismo es algo que lo impregna casi todo. Cuando el Ministro Wert dijo que quería ‘españolizar’ a los niños catalanes se refería a esto. Del mismo modo, el sistema educativo catalán, con la inmersión lingüística en su centro, es un elemento básico del catalanismo, de la resistencia a la homogeneización por parte del Estado central. Por mucho que Albert Rivera quiera denostar a los nacionalistas o independentistas catalanes llamándoles nacionalistas, él sigue siendo un nacionalista. Uno de sus objetivos es que la nación Española (entendida como castellana o mesetaria) encaje con el Estado español, mientras que Puigdemont y Junqueras, de JxSí, y los ‘cuperos’ lo que quieren es que el Estado que los gobierne se adapte a los límites de la nación catalana.
Para terminar me gustaría reproducir una frase del historiador Eric Hobsbawm, eminencia también del estudio del nacionalismo, para todos aquellos que creen que sus naciones son ancestrales (o que al menos creen que son anteriores a la era moderna):
Las Naciones no crean Estados y nacionalismos, sino al revés.